
WASHINGTON.- La aspiración de la ex primera dama Hillary Clinton de llegar -como presidenta- a la Casa Blanca, en estos momentos en terapia intensiva, se sustentaba en su dilatada experiencia política, pero su mensaje se estrelló contra la oferta de cambio de Barack Obama. Ya comienzan a sonar voces fúnebres en el comando de campaña de Clinton, que enfrenta pedidos cada vez más urgentes para que abandone la carrera por la nominación, luego de que el martes pudo solo contrarrestar una amplia victoria de Obama en Carolina del Norte con un triunfo ajustado en Indiana. Por semanas, el equipo de la senadora por Nueva York apostaba por que los estadounidenses, molestos con la prolongada guerra en Irak, la torpe respuesta del gobierno de George W. Bush al huracán Katrina y temerosos ante una posible recesión económica, se inclinarían por su maestría política labrada en décadas de ejercicio. Pero Obama, a un paso de ser el candidato presidencial demócrata, conquistó a una nueva generación de jóvenes votantes, dominó el voto de los negros y se ganó la simpatía de blancos acomodados, con su promesa de una renovación de las políticas de Washington. La propuesta de Obama basada en la esperanza y el cambio fue vital. El envión que lo mantiene por delante de Clinton en la interna por la candidatura demócrata también vino de una inteligente estrategia de captación de delegados y asombrosa recaudación de fondos. La elección de Clinton de centrar su campaña en su experiencia tenía sentido, ya que no podía exhibirse como una opción del todo novedosa luego de haber sido primera dama por ocho años durante la presidencia de su esposo Bill Clinton. Pero esta decisión la dejó vulnerable a interrogantes sobre si la experiencia como primera dama es relevante para ocupar la Casa Blanca. Obama encontró un punto débil cuando preguntó qué tiene más importancia, la experiencia o el juicio, recordando que Hillary Clinton votó para autorizar la guerra en Irak. La ex primera dama cambió de eslogan de campaña frecuentemente, mientras que Obama se mantuvo fiel a sus dos ofertas: "esperanza y cambio". Además, la campaña de Obama ganó a la de Clinton en organización, captando delegados en estados tradicionalmente poco cortejados, mientras que Clinton intentó dar el golpe en las primarias de los estados convencionales en estas pugnas partidistas. "La campaña de Obama fue estratégicamente astuta", indicó Julian Zelizer, profesor de historia en la Universidad Princeton. "Vieron cómo funcionaba el sistema de los caucus (asambleas de electores) y cómo se manejaba el sistema proporcional de votos, en el que a pesar de perder (en un estado) puedes adjudicarte delegados", destacó Zelizer. El equipo de Clinton se rezagó frente al despliegue que hizo el de Obama de recursos en caucus de estados que normalmente no dan su voto a demócratas en las elecciones. Obama también superó a Clinton en las determinantes operaciones de recaudación de fondos, a través de una red de personas que aportaban a veces hasta menos de 100 dólares, lo que le permitía solicitarles dinero en varias oportunidades. Además, la senadora luchó durante mucho tiempo por darle el puesto indicado al ex presidente Bill Clinton en su campaña. Su esposo la ayudó por momentos, pero también llegó a ser un lastre. Aún si pierde frente a Obama, Clinton podrá decir que ha sido la mujer que ha llevado más lejos una carrera política en Estados Unidos y que ganó millones de votos en las primarias. Cortecia www.listindiario.com |