

Juan Luis Guerra, al centro, junto a los Hermanos Rosario, en el segmento más aplaudido de la noche, en que la agrupación celebró sus 30 años en el merengue, bajo la dirección musical de Ramón Orlando.
El niño Luis Eduardo Rosario fue uno de los atractivos del show.
SANTO DOMINGO.- Los Hermanos Rosario dieron ejemplo de lo que es un verdadero espectáculo de celebración. En el Teatro Nacional Eduardo Brito ofrecieron anteanoche un show de alta categoría con el “swing” que los caracteriza.
Con cada tema cambiaba la visual, manteniendo así los vítores de la audiencia activos ante la propuesta ideada por Waddy Jáquez. Sorprendieron en cada canción con la espectacular escenografía, la bien montada coreografía y la calidad de los invitados especiales, entre los que resaltó Juan Luis Guerra.
El cantautor de “Bachata rosa” entró a escena justo a mitad del espectáculo y fue el único que provocó que de inmediato los presentes se pararan a aplaudir y a bailar durante todo el tema que le tocó interpretar (“La morena”). Acto seguido arribó la reina del merengue, Milly Quezada, interpretando “Borrón y cuenta nueva”.
Otro invitado especial, que hizo sentir la falta de una pista de baile fue Elvis Crespo. La contagiosa melodía de “Aló” activó el movimiento de los presentes que durante gran parte del show se limitaron a sus asientos dada la formalidad que imprime el teatro. El momento emotivo de la noche lo protagonizaron Rafa, Tony y Luis junto a Rafely.
Con la canción “Te seguiré queriendo” recordaron a Pepe, el hermano que lideró el grupo en sus inicios y que falleció en el 1983 justo cuando comenzaba el éxito de la agrupación. Un quinto Rosario, el heredero, se les unió en escena para cerrar el concierto con un popurrí musical que interpretó con soltura. El pequeño Luis Eduardo Rosario, hijo de Luis, se robó las sonrisas de los presentes en su estreno artístico, dando a demostrar que además de Rafely hay quien le dé continuidad a la dinastía familiar.
La función comenzó con el tema “El lápiz”, luego de que un grupo de niños simulara ser ellos e interpretara el inicio de la canción. Rafely, en cambio, apareció entre deslumbrantes efectos visuales acompañados de una moderna coreografía y música electrónica que luego cambió a merengue para rememorar el clásico “Guayando”.
La “Luna coqueta” fue representada por dos seductoras bailarinas de belly dance que descendieron de dos lunas suspendidas en lo alto del escenario. Los intensos azules y formas que les acompañaban en las pantallas plasma complementaron la magia de uno de los mejores actos de la noche.
Luis Segura (El Añoñaíto) y Héctor Acosta (El Torito) convirtieron “Ingrata” (composición original de Segura) en una bachata.
La salsa no quedó fuera de la celebración. Sexappeal y José Alberto, El Canario unieron sus voces junto a la de Rafa, compartiendo un momento estelar.
DEL SHOW
La sola mención de Francis Rosario provocó gran algarabía en el auditorio. Se incrementó al hacer entrada Lumy Lizardo, imitando los sensuales movimientos que impuso la agasajada, que estaba presente, pero prefirió no participar en el show por su condición de Testigo de Jehová.
La ausencia de Toño fue tratada con sarcasmo. En uno de los segmentos, Rafa Rosario simulaba recibir llamadas de distintas personas y cuando “recibió” la de su hermano le dijo: “Despreocúpate Toño, tú no hiciste falta, esto está lleno”.Los talentos jóvenes tuvieron la oportunidad de impregnarle su estilo a algunos temas de la emblemática banda merenguera, no obstante todos los sencillos finalizaron en su género original, el merengue.
Calor Urbano, Pavel Núñez, Wason Brazobán y Maridalia Hernández también formaron parte de la jornada musical.
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