

Por Humberto Olivieras
Congresistas comejaibas
Las jaibas son un crustáceo de agua dulce parecidas al cangrejo. Para comérselas, al igual que este último, es difícil que el degustador no termine con dedos y boca embarrados porque es necesario coger sus cachos y caparazón con las manos para lograr sacarles su rica carne. De ahí que además haya que gastar mucho tiempo en la acción.
La explicación es para preguntarse uno de que ¿en cuál cañada y monte se encontrarían comiendo jaibas en las últimas semanas las congresistas dominicanas que protestaron contra la premiación al cantante Omega (Antonio Peter de la Rosa) por parte de la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte), ¡al otro día después de haber ocurrido el evento!? ¿Al estar levantando piedras en los riachuelos y prendiendo fogones en sus orillas para pescar y comerse el bicho, no tuvieron tiempo para enterarse con antelación de la aberrante nominación?
Y la diputada Minou Tavárez Mirabal, ¿qué comía en su natal Ojo de Agua, Salcedo, cuando apenas 24 horas antes del Casandra le dirige una carta con igual reclamo a la presidenta de Acroarte, Maribel Contreras?
Elvis Crespo
Quienes valoramos a Elvis Crespo lamentamos que se haya dejado arrastrar por el vicio y tenga en peligro su carrera. Estuvo en la cúspide y cuando su popularidad cayó en picada, reconoció que la fama le había hecho perder la cabeza. ¡Ojalá la Justicia de Miami sea benigna con él ante la seria acusación de qué se estuvo masturbando en un avión!
Johnny Pacheco
Teniendo la República Dominicana tantas figuras meritorias, nuestros compañeros de Acroarte le otorgan el máximo galardón de los premios Casandra, El Soberano, a un tipejo que nunca en su vida hizo nada por el arte del país, cual es Johnny Pacheco. Siempre se ha guillado de boricua, y jamás se ha identificado con la comunidad dominicana en Nueva York, donde alcanzó fama tocando salsa. Y aun así tuvo el descaro de decir que durante 25 años había esperado ese homenaje. ¡Barbarazo! ¿Desde cuándo la ancianidad y la decrepitud han hecho a alguien merecedor de un reconocimiento, si el mismo no se ha ganado durante la vida útil? ¡Qué el momento más lindo de su vida fue cuando en el Palerium conoció al playboy Porfirio Ruborosa! ¡Cuánta simplicidad y vacuencia, caballero!