
Hasta hace poco esta costumbre no estaba permitida, pero ahora, luego de ganar la batalla legal, los rabinos podrán succionar el pene de los bebés sin ningún temor a una posible sanción.
Cabe resaltar que este tipo de ritos aumenta el riesgo de contraer herpes, entre otras infecciones. Desde 2010 se han reportado la muerte de dos bebés provocados por esta tradición.