El espectáculo programado para el
sábado 24 de noviembre del bachatero Zacarías Ferreira, tuvo que ser
suspendido por falta de apoyo del público que produjo una baja venta de
boletos para llenar más de tres mil asientos, confirmó anoche el
empresario organizador Jay Peña en una entrevista.
El productor fue Alberto Cruz Management.
Aunque la promoción del evento se hizo a través de medios con alcance masivo, como la radio emisora Mega 99.7 FM, el periódico El Diario NY, redes sociales y otros, la respuesta de los seguidores de la bachata fue muy pobre en esta ocasión. La promoción comenzó a mediados de octubre.
Es una de las pocas veces que espectáculos con figuras tan cimeras del género tienen que ser cancelados en el teatro United Palace por insuficiencia de público.
Ferreira, es uno de los bachateros de más alta cotización, por lo que su tarifa también es muy alta, que sumada a los costos de renta del teatro, montaje, producción, transporte y publicidad, la cifra se torna inalcanzable, si el teatro no logra un lleno.
Peña dijo que otro de los factores fue el de que la bachata ya no está atrayendo a los dominicanos en Nueva York y se está apoderando del público centroamericano.
“No había posibilidad de llenar el teatro”, dijo Peña, añadiendo que eso ocurrió a pesar de que hubo venta, pero suficiente.
“El mercado está identificado claramente, y un artista de ese nivel, puede vender como máximo 500 boletas en la última semana”, explicó el empresario.
Dijo que obviamente, hay una saturación enorme con los mismos artistas de bachata que se presentan en restaurantes, discotecas y otros centros nocturnos en Manhattan, lo que afecta los grandes espectáculos en escenarios como el United Palace.
“Hay dos públicos: uno de teatros y otro de clubes nocturnos. Son públicos completamente diferentes, pero la promoción es la misma”, añadió Peña.
“El nuevo público de la bachata se ha ido hacia los centroamericanos de países como Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y otros, porque los dominicanos se han inclinado hacia la música urbana”, agregó Peña.
Afirmó que los clubes nocturnos pueden compensar el pago de los contratos a los artistas caros con las ventas de bebidas, hookahs y comidas, lo que no ocurre con los eventos en teatros y auditorios.
El bachatero tenía contratos para la misma noche del sábado en centros nocturnos locales.
El productor fue Alberto Cruz Management.
Aunque la promoción del evento se hizo a través de medios con alcance masivo, como la radio emisora Mega 99.7 FM, el periódico El Diario NY, redes sociales y otros, la respuesta de los seguidores de la bachata fue muy pobre en esta ocasión. La promoción comenzó a mediados de octubre.
Es una de las pocas veces que espectáculos con figuras tan cimeras del género tienen que ser cancelados en el teatro United Palace por insuficiencia de público.
Ferreira, es uno de los bachateros de más alta cotización, por lo que su tarifa también es muy alta, que sumada a los costos de renta del teatro, montaje, producción, transporte y publicidad, la cifra se torna inalcanzable, si el teatro no logra un lleno.
Peña dijo que otro de los factores fue el de que la bachata ya no está atrayendo a los dominicanos en Nueva York y se está apoderando del público centroamericano.
“No había posibilidad de llenar el teatro”, dijo Peña, añadiendo que eso ocurrió a pesar de que hubo venta, pero suficiente.
“El mercado está identificado claramente, y un artista de ese nivel, puede vender como máximo 500 boletas en la última semana”, explicó el empresario.
Dijo que obviamente, hay una saturación enorme con los mismos artistas de bachata que se presentan en restaurantes, discotecas y otros centros nocturnos en Manhattan, lo que afecta los grandes espectáculos en escenarios como el United Palace.
“Hay dos públicos: uno de teatros y otro de clubes nocturnos. Son públicos completamente diferentes, pero la promoción es la misma”, añadió Peña.
“El nuevo público de la bachata se ha ido hacia los centroamericanos de países como Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y otros, porque los dominicanos se han inclinado hacia la música urbana”, agregó Peña.
Afirmó que los clubes nocturnos pueden compensar el pago de los contratos a los artistas caros con las ventas de bebidas, hookahs y comidas, lo que no ocurre con los eventos en teatros y auditorios.
El bachatero tenía contratos para la misma noche del sábado en centros nocturnos locales.
Por Miguel Cruz Tejada