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Muchas señales de la última semana indican que el COVID-19 está volviendo a expandirse rápidamente por la ciudad de Nueva York.
Aunque las autoridades de Salud todavía no consideran la métrica de contagios oficialmente como una ‘segunda ola’, este martes ante la realidad del alza de los casos, el alcalde Bill de Blasio en sus palabras describió por segundo día consecutivo que “hay muchas razones por las cuales preocuparse”.
Y es que la tasa de pruebas positivas para el coronavirus en la Gran Manzana fue del 2.88% el pasado domingo, el promedio diario más alto desde al menos principios de agosto.
Además, el mandatario municipal informó que durante los últimos siete días la ciudad ha tenido un promedio de 795 casos confirmados diarios. La última vez que se alcanzó esa cifra fue en mayo.
A todos estos signos se agrega que 92 pacientes con complicaciones con el virus fueron ingresados en las últimas en hospitales locales, si llegase a superar el umbral diario de 200 personas, allí sí empezarían sin dudas a aplicarse restricciones y cierres.
Lo peor: Podrían cerrar las escuelas
Hay otros factores más precisos para tomar decisiones drásticas. Si la tasa de positividad supera el 3%, lamentablemente eso sí significará un inminente cierre de las escuelas públicas de la ciudad y el retorno al esquema de 100% de clases remotas.
Pero si el marcador de pacientes positivos revienta el umbral del 5%, podrían volver las pesadillas de los cierres comerciales, incluyendo los restaurantes.