Por Miguel D'Oleo
Andújar Music organizadores del espectáculo de Tony Tize en el saón La fiesta del Hotel Jaragua son unos irrespetuosos e irresponsables que deberían ser denunciados y acusados de abuso de confianza.
De otra manera no se puede calificar la afrenta de llenar el salón con alredeor de 1,500 personas, con mesas que costaban 25 mil pesos en V.I.P., y pautar la actuación del artista boricua para las 2:35 de la madrugada.
Todo con el interés de alargar el consumo de bebida la amplia concurrencia, tratando de sacarle el jugo a los presentes con los caros precios que venden los licores en el Jaragua.
Tal parece que como Tony Dize apenas tiene un tema "pegado", y carece de repertorio, hubo necesidad de ampliar la jornada, con una cartelera de contraparte que más bien eran rellenos.
Que nadie se llame a engaño ni quiera decir lo contrario.
Rafely, Nipo, Wasoon, y el D.J. Delgado, más Zion y Lennox, actuaron como puro relleno, cuando nadie había pagado para verlos a ellos.
Esa larga espera del intérprete boricua fue el detonante de una trifulca que devino en una lucha a trompadas y botellazos que redujo la imagen del exclusivo salón al nivel de cualquier barra barriotera de mala muerte, de esas donde las peleas son frecuentes y muy normales.
Igual a como sucede en las barras y colmadones, la peleo se originó porque alegadamente le robaron 100 dólares a uno de los jóvenes presentes en el espectáculo.
Poco faltó para que le mandaron su botellazo a Tony Dize que en el momento del pleito en el público se encontraba en el escenario.
Fue muchja la gente que optó por abandonar el lugar sin presenciar el concierto del artista por el cual habían pagado.
Increíble que uno tenga que pagar su dinero para asistir a un show donde suceda ese tipo de incidente tan vergonzoso, donde hasta se corre el riesgo de salir herido.
La administración del hotel Jaragua debe tomar cartas en el asunto para evitar que se repitan esos bochornosos incidentes que le restan categoría e imagen al lugar.
Gente como Tony Dize y sus secuaces deberían ser presentados en otros lugares, porque sencillamente no vale la pena que uno pague tanto dinero en un espectáculo para de repente encontrarse expuesto a sufrir un botellazo.