New York (SL) -La problemática que describimos a continuación no excluye a ningún género dominicano, a quienes la desesperación en pisar territorio norte americano en busca de par de dólares, los está empujando a embarcarse en giras a destiempo, en la mayoría de los casos sin tener un tema que les garantice terminar con dignidad dicho recorrido.
Esa mala práctica está llevando a
nuestros artistas a matar la gallina de los huevos de dólar, manejados
en algunos casos por desaprensivos representantes y/o managers quienes
han venido demostrando que sólo les interesa explotarlos, exprimirlos
sin medir las consecuencias negativas, enfrascados en saciar el hambre
monetaria que esconde su posible deteriorada realidad económica.
La travesía comienza a través de
algunos programas que se transmiten desde la televisión dominicana con
la temática de hacer saber que vienen de gira y lograr llamar la
atención del público y de las posibles víctimas que los contrataran en
territorio ultramar.
La estrategia de quienes están
detrás de la mayoría de nuestros artistas es llevarlos a la televisión,
para venderles el erróneo sueño que al ser presentados por figuras de
alto relieve de la comunicación, o porque estén pautados en algunas
estaciones del país ya tienen la gira vendida y como resultado el éxito
asegurado, lo que en la práctica resulta completamente falso.
Encontramos además uno que otros
exponentes de cualquier género que por su pegada han logrado mejor
suerte, terminando con éxito su tan sazonada gira, pero transcurridas
algunas semanas ya están anunciando un regreso precipitado, amparados en
los mismos desgastados temas que los sacaron a la luz y terminan
chocando con el desgaste, hasta cansar al público con su presencia.
Otro elemento toxico y letal son
los altos precios, pues nunca llegan a general en las puertas ni el 30%
de lo que se les paga, son vendidos a corta distancia y fecha sin
respetar la misma área, cosa que a sus representantes ni al artista les
importa, al parecer convencidos de que en la gran manzana hay más
indígenas metidos a propietarios de clubes que los encontrados en las
islas descubiertas por los españoles, amaneciendo cómo es costumbre
reina el descontento entre los presentes, pierde el propietario hasta el
último centavo y al comenzar del siguiente día un artículo doloroso en
todos los medios digitales dando a conocer del desastroso descule. Por: Agustín de la Cruz (SoyLatino.net)