Por Mábel Galaz / El País
La oferta está en la calle: $135,000 por una foto de Shakira y Piqué dándose un beso. La han hecho varias publicaciones y buscando ese testimonio gráfico están una docena de paparazis que se mueven por las calles de Barcelona en cinco autos y dos motoras, según ha relatado uno de los fotógrafos.
La persecución comienza todas las mañanas en la calle Muntaner donde vive el jugador en un lujoso ático. Desde allí sale Piqué cada día para ir a entrenarse. La cantante suele quedarse en el domicilio ya que tiene un ritmo distinto, más nocturno.
Cuando Piqué aparece a bordo de su cuatro por cuatro, un Porsche Cayenne con los cristales tintados, comienza la persecución para intentar obtener el testimonio gráfico. Shakira se refugia en la parte trasera del coche. "A veces la hemos visto tirada en el suelo, pero es imposible hacer la foto", cuenta el fotógrafo. Shakira sólo se deja ver de manera más o menos natural si sale de la casa de Piqué con su hermano, Tonino que además es su jefe de seguridad.
Los fotógrafos cuentan que "va a haber un accidente" ya que tanto el jugador como ellos a veces se lían en una guerra en un intento de despistar.
Shakira está instalada en el ático de Piqué ya que la casa que ha alquilado en Bellaterra no le gusta como está. Al parecer, la cantante está pensando contratar al arquitecto de las estrellas Joaquín Torres para que se la acondicione más a su estilo. Torres es amigo de Alejandro Sanz que fue, al parecer, quien les presentó.
El juego al escondite de Shakira y Piqué con la prensa parece que se debe a que la cantante, además de intentar preservar su vida privada, tratar resolver sus sociedades con su ex novio, Antonio de la Rúa, con el que ha estado una década y al que le unen también intereses profesionales.
