EFE
Londres
“Amy Winehouse murió por exceso de alcohol”. Así lo afirmó ayer la forense británica Suzanne Greenaway, quien emitió su veredicto diciendo que la cantante murió a causa de una intoxicación accidental de alcohol.
“La consecuencia imprevista de tales niveles potencialmente fatales (de alcohol) fue su muerte súbita e inesperada”, dijo Greenaway.
Winehouse, quien había tenido problemas de alcoholismo y drogadicción durante años, fue encontrada muerta en la cama de su domicilio londinense el 23 de julio, a los 27 años. Una autopsia inicial no arrojó conclusiones, aunque no se hallaron rastros de drogas ilegales en su sistema.
El patólogo Suhail Baithun dijo este miércoles en la investigación del fallecimiento que Winehouse había consumido una “gran cantidad de alcohol” y que en el momento de su muerte superaba en cinco veces el límite legal para conducir a causa de la ebriedad.
El inspector de policía Les Newman, quien fue llamado luego que un guardia de seguridad encontró a Winehouse, dijo que había botellas de vodka vacías regadas por la habitación.
