La
gente, de manera espontánea, comenzó a identificar el poder de los
jugadores dominicanos que participaron en el torneo del clásico mundial
del beisbol como "Plátano Power".
En
un hecho ocurrente, insólito, nunca visto, se apersonaban a los
estadios con manos y racimos de plátanos en medio de los torneos, para
mostrar al mundo de donde venía el poder de los jugadores dominicanos.
Algo
asombrosos, pues no se sabe cómo pudieron ingresar a los estadios
cargando esos racimos de plátanos, donde como se sabe existen reglas muy
rigurosas para el acceso y el comportamiento de los fanáticos.
Al
Pachá lo iban a sacar del estadio de Los Mets de New York en una
ocasión que se puso de "sabroso" a bailar en el terreno en una noche de
merengue de las que organiza Vidal Cedeño.
El
pueblo acuñó la expresión de "Plátano Power", la cuál se convirtió en
símbolo de nuestra identidad, de manera espontánea, sin que mediara
estrategia alguna de una campaña publicitaria, como las que promueven
valores y el orgullo del dominicano.
La
vigorosa musácea de repente ha sido exaltada y llevada al sitial que
merece, colocándose en su exposición por encima del pedestal de la papa,
dejando atrás, bien atrás, a la yuca, la batata, la yautía y al ñame,
rubros agrícolas que también forman parte del sancocho dominicano, y que
tendrán desde ahora que hacer su fila, para ver si les toca en algún
momento, la oportunidad de lucirse como lo ha hecho el plátano
dominicano. (Joseph Caceres)